Su planta presenta tallo erecto, velludo y ramificado. Puede ser espinoso, con una
altura que varía entre los 3 y los 6 dm. Es frágil y se parten con
facilidad, si no está entutorado, cuando
se carga de frutos.
Las hojas son de enteras hasta
profundamente lobadas, grandes y con el envés cubierto de una vellosidad
grisácea estrellado-pubescente; las nervaduras de las hojas tienen pequeñas
espinas.
Las flores son péndulas,
grandes y de color violeta de 5 cm de ancho en promedio; tienen forma de
estrella de 5 hasta 8 puntas, e igual número de estambres. El cáliz, espinoso y
con 5-9 lóbulos, perdura y crece mucho durante el desarrollo del fruto.
Es una planta muy exigente en luminosidad,
requiere de 10 a 12 horas de luz. Soporta bien las temperaturas elevadas
siempre que haya una humedad adecuada y es muy sensible al frío, temperatura
mínima biológica (10 a 12 °C) y la máxima (40 a 45 °C), la humedad
relativa óptima oscila entre el 50% y el 65%. La semilla para la siembra se extrae de los frutos maduros.
El ciclo de la berenjena suele durar de
nueve a diez meses; desde que se planta hasta que se inicia la recolección
suele transcurrir 100 a 125 días, según variedades y época del cultivo.
Los pueblos de habla inglesa la conocen como
"planta de los huevos" por la
forma de sus primeras variedades introducidas del tipo oviferum, que tenían forma de huevo.
MEDICINAL
Ciertos flavonoides de la berenjena tienen propiedades antioxidantes, por lo que se recomienda en la prevención de enfermedades cardiovasculares, degenerativas y del cáncer.
El fruto contiene asimismo estatinas que se emplean para el tratamiento de las dislipemias (problemas
con las grasas) como la hipercolesterolemia,
hipertrigliceridemia y otras. Ayuda a
reducir el colesterol y a prevenir la arteriosclerosis.
También reduce los niveles de glicemia,
lo cual es beneficioso para los diabéticos
La pasta del fruto machacado se utiliza
como bálsamo aplicado a la piel quemada
por el sol.
También calma los dolores reumáticos,
tomando el agua de este fruto machacado en agua dejado en reposo 1 día
completo, tomándola como agua de uso.
Está extendida la falsa creencia de que la
berenjena cruda es tóxica. La berenjena contiene un alcaloide glucosilado, la
solasonina, en cantidades demasiado bajas para tener efecto tóxico. Al igual
que otros alcaloides similares, como la solanina de las patatas verdes y la tomatina de los tomates, la solasonina no se destruye con la cocción, por
lo que la berenjena cruda y la cocinada tienen la misma toxicidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario